MIS EXPERIENCIAS

 Informe sobre mi trayectoria en la Unidad Educativa La Concordia: desde el inicio de clases hasta mi graduación


Introducción


Mi paso por la Unidad Educativa La Concordia ha sido una de las etapas más significativas de mi vida. Este tiempo de formación no solo me ha permitido adquirir conocimientos académicos, sino también desarrollar valores, amistades y sueños que me acompañarán siempre. Desde el primer día que ingresé a primer año de bachillerato, hasta hoy que me encuentro cerca de la graduación, he vivido experiencias que marcaron mi crecimiento personal y me ayudaron a definir mis metas para el futuro. Este informe es un recorrido por esa historia: cómo empezó mi camino, qué aprendizajes obtuve y hacia dónde quiero dirigir mi vida, con la firme convicción de convertirme en policía.



El inicio de una nueva etapa: 1.º de Bachillerato



Entrar a primer año de bachillerato significó un cambio importante en mi vida. Fue un momento lleno de emociones: nervios por enfrentar un nuevo ciclo, pero también mucha ilusión por lo que me esperaba. Lo que más recuerdo de ese primer día fue conocer compañeros nuevos. No sabía cómo serían ni si lograría hacer amistades verdaderas, pero poco a poco me di cuenta de que ese grupo de personas se convertiría en parte de mi vida cotidiana.



Los primeros días fueron de adaptación: aprender a moverme en un nuevo ambiente, conocer a los profesores, entender las nuevas responsabilidades y descubrir que la exigencia académica aumentaba en comparación con lo que había vivido antes. Sin embargo, esa mezcla de expectativas y temores se transformó pronto en confianza, gracias al apoyo de mis compañeros y maestros.



La importancia de los compañeros y las amistades



Con el tiempo, aquellos rostros desconocidos se volvieron amistades que me acompañaron en cada jornada. Compartimos no solo las clases, sino también recreos, trabajos en grupo, conversaciones y momentos que quedarán en mi memoria. Hicimos equipo en proyectos, nos ayudamos en las materias más difíciles y encontramos juntos la motivación para seguir adelante cuando las cosas parecían complicadas.



La amistad dentro de la institución fue clave para sentirme parte de un lugar que, con los años, se convirtió en mi segundo hogar. Comprendí que la vida escolar no solo trata de estudiar y aprobar materias, sino también de aprender a convivir, a valorar las diferencias y a apoyarnos mutuamente. Con ellos descubrí que los recuerdos más bonitos no siempre están en los cuadernos, sino en las experiencias compartidas.



Aprendizajes académicos y desafíos



Durante estos años de bachillerato enfrenté materias interesantes, pero también algunas que fueron verdaderos retos. Hubo asignaturas en las que me sentí más cómodo, y otras en las que tuve que esforzarme el doble para alcanzar buenos resultados. Aprendí que el esfuerzo constante, la disciplina y la organización son las mejores herramientas para superar cualquier dificultad.



Cada examen representaba una prueba no solo de conocimiento, sino también de paciencia y control de los nervios. A veces los resultados no eran los esperados, pero entendí que los errores no significan fracaso, sino una oportunidad para mejorar. Con el apoyo de los profesores y de mis compañeros, aprendí a ser perseverante y a no rendirme fácilmente.



Además, descubrí que la educación no se limita a lo que dicen los libros. Los proyectos, exposiciones y actividades me enseñaron a expresarme mejor, a trabajar en equipo y a desarrollar habilidades sociales que me ayudarán en mi vida futura.


Valores aprendidos en la Unidad Educativa La Concordia


Una de las cosas que más valoro de mi paso por la institución es que no solo me prepararon académicamente, sino que también fortalecieron mis valores como persona.


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